En este #8M Muma, feminista VIH+, desde Bariloche da testimonio sobre su activismo y las necesidades de las mujeres de 50 años o más. Del ligue a la menopausia.
“Este mes cumplo 7 años desde que me dieron el diagnostico VIH+. Un año más en donde repito como mantra: un diagnóstico no es una sentencia y yo soy mucho mas que una vichosa”. Es un post del verano pasado en la cuenta de X de @mumajaros. Mariana Jaroslavsky o Muma, es coordinadora de ICW Argentina, la mayor organización internacional que agrupa a mujeres viviendo con VIH. Desde allí se hacen las exigencias de política pública en todos los aspectos de la prevención y atención al VIH para las argentinas.
Un día se aprende a ser visible
No es un día común cuanto recibís un diagnóstico. “Siempre es un balde de agua fría, pero la manera en que una lo gestiona, se levanta y sigue adelante, no siempre es la misma.” Así lo dice Muma, y luego parafrasea a Mariana Iacono, coordinadora nacional de ICW: “No todas las vivencias ni experiencias de vida son las mismas. Todo depende mucho de dónde estaba una cuando recibió el diagnóstico“.
Su diagnóstico fue similar a la mayoría de las mujeres que adquieren el VIH de su pareja estable. Y fue diferente porque tenía 44 años y tres hijos. El menor entonces tenía 8 años. Fue diferente porque como socióloga y feminista conocía sus derechos como mujer y siguió en la defensa de los mismos.
“Una vez superada la sorpresa y al darme cuenta de que también podía empoderarme desde mi lugar, lo tomé como algo más. Siempre trato de sacar todo lo que es el estigma y el drama de encima. Entiendo que para muchas personas no es fácil, pero, bueno, a mí no me resulta difícil. Me resulta, de hecho, bastante fácil. Insisto, me lo tomo con mucho humor y con mucha visibilidad desde que pude estar en este proceso. Una vez que pude ser visible, dejó de importarme lo que pensaran los demás. Y eso me dio toda la fuerza que necesitaba para poder activar.”
“Creo que hay un antes y un después del diagnóstico. Porque, bueno, una deja de lado la vergüenza, la angustia o el malestar y lo transforma en algo mucho más interesante y rico, que es el trabajo y el trabajo colectivo.”
Muy poco tiempo después del diagnóstico inició su colaboración con ICW Argentina. Y reitera que Mariana Iacono ha sido su faro.
Educación sexual para las mujeres de 50 años
Hace dos años, tuvo la suerte de coordinar un taller sobre vejez en el Encuentro de Mujeres que se hizo en Bariloche. Y lo que salió de ahí fue que no hay educación sexual para mujeres de 50 años o más.
“¿Por qué? Porque, por ahí, nada… Como ya no pueden procrear, ya no hay embarazo. Entonces, ¿qué pasa? Se asume que no es necesario el preservativo. Y hay muchas mujeres de nuestra edad que tienen parejas nuevas.” Y la negociación del condón no se hace más fácil con hombres mayores y las falacias de que las mujeres de más de 50 años no son deseables y se tienen que conformar.
En el caso de las mujeres que viven con VIH hay distintos dilemas, como refiere Muma. ¿Mencionas tu estátus en la primera cita? Y te arriesgás a que el enamorado se vaya. ¿O te lo guardas para más adelante? Y se considera engañado. Este es un tema de actualidad, especialmente porque las mujeres de cualquier edad y condición de salud desean un encuentro sexual o afectivo. No solamente las más jóvenes.
Salud sexual no reproductiva para mujeres de 50 años
“A partir de los 50 años, se abre otro universo más, que tiene que ver con la menopausia. Nosotras tenemos problemáticas propias. Para empezar, no son las mismas que las de los varones que tienen VIH. Yo tengo muchas otras cuestiones, y ahora se me están manifestando comorbilidades. El colesterol elevado empezó por los antirretrovirales, y eso lo supe porque fui al cardiólogo, insistí y pregunté. Pero, si no, a nadie se le ocurre hacer ese chequeo. Y desde allí viene el mensaje: Es importante empezar con esta cuestión de que el autocuidado sea un hábito.”
“Sobre todo, en lo que tiene que ver con placer y cuidados no reproductivos. Porque, si no, parece que fuéramos solo una máquina de embarazarnos, y después no existiera nada más. Y las mujeres somos mucho más que eso.”
Y para mujeres de 50 años o más, Muma colaboró, a través de ICW Argentina, en el desarrollo de un material a propósito del tema con AHF Argentina.
Y autocuidado a cualquier edad
No importa la edad, considera Muma, las mujeres tenemos más oportunidades que los varones de acceder a servicios de salud. Y de manera personal, toca pedir los chequeos sin miedo.
“Voy a ponerlo en general, porque, obviamente, cada caso es particular, y cada país y cada realidad son diferentes. Pero, muchas veces, tenemos la oportunidad de chequearnos, lo cual tiene que ver con: el Papanicolaou., la ecografía mamaria.. Y bueno, aprovechar para hacer testeos completos y generales.”
Estos chequeos pueden, y deben, incluir pruebas de detección de VIH y otras infecciones de transmisión sexual (ITS). Recuerda que algunas ITS pueden mostrar síntomas. Pero otras, no. Especialmente si no usás forro en cada una de tus relaciones.
Lo mejor es que, si tenés dudas sobre tu salud sexual, puedes acercarte a AHF Argentina si querés hacerte un test de VIH o pedí turno acá. Es gratuito, rápido y confidencial. Si tenés dudas, escribí al WhatsApp de AHF Argentina.