“¿Se puede patentar el sol?” respondió Jonas Salk cuando le preguntaron sobre los derechos de la vacuna que creó. El investigador médico y virólogo estadounidense fue fundamental para terminar con la epidemia de polio junto con Albert Sabin, quien creó posteriormente la vacuna oral. A la hora de registrar su vacuna, Sabin tomó la misma decisión que Salk: optó por no usufructuar los derechos de patente de su creación.
Ambos virólogos destinaron muchos años de su vida a la investigación para el desarrollo de esas vacunas. En el caso de Salk, pasó sus últimos días intentando descubrir una vacuna para el VIH, pero falleció en 1995 sin haberlo conseguido.
La ciencia ha avanzado a tal punto desde aquel entonces, que en 2020 logró desarrollar -en sólo unos pocos meses- diferentes vacunas para frenar el avance de la pandemia COVID-19. Para ello se destinaron miles de millones de dólares provenientes (en gran parte) de dinero estatal, así como el esfuerzo coordinado de científicos de todo el planeta.
El detrás de escena
Los laboratorios y las multinacionales farmacéuticas están obteniendo ganancias siderales y ya han logrado recuperar las inversiones realizadas a este fin. Esto se da, incluso, en casos en los que las vacunas siguen en desarrollo y con demoras en las entregas acordadas. Cabe resaltar la falta de transparencia en las primeras etapas de desarrollo e investigación de las vacunas. Este hecho puso en duda la confianza del público ante una futura vacuna segura y exitosa.
Existen numerosos obstáculos que se presentan para contar de manera rápida con miles de millones de vacunas, uno de ellos es la imposibilidad física de producir tantas dosis al mismo tiempo. Lo cierto es que si los laboratorios accedieran a liberar las patentes, el mundo podría avanzar de manera más rápida, eficiente y equitativa en la producción y distribución de vacunas. A la fecha, la población de cerca de 100 países no ha podido acceder a las vacunas; se trata -en su abrumadora mayoría- de países pobres.
¿Cuándo llegará el acceso mundial a la vacunación?
La mayor parte de la humanidad permanece desprotegida y sin certezas acerca de cuándo podrá acceder a la vacunación. Al continuar la pandemia, en los países pobres continuarán creciendo la miseria, el hambre y la mortandad. Esto continuará afectando a la economía mundial, cuya recuperación quedará cada vez más lejana.
Es urgente y necesario multiplicar la solidaridad y la cooperación internacional a todo nivel. En ninguna región se puede permitir que las acciones y decisiones políticas sin el asesoramiento correspondiente condicionen las condiciones sanitarias y humanitarias de la población. Los gobiernos y el sector privado deben tomar inmediatas acciones coordinadas, que permitan detener la pandemia COVID-19 de manera global.
AHF Argentina hace un urgente llamamiento al gobierno nacional para que, junto a sus pares de la región (por sí mismos y a través de los organismos multilaterales correspondientes) convoquen a la industria farmacéutica para liberar de manera inmediata las patentes de las distintas vacunas, para que toda la humanidad pueda acceder sin más dilaciones a las mismas.
No hay más tiempo que perder. #VOW #VaccinateOurWord
Vacunemos a nuestro Mundo.