La Semana Mundial de la Lactancia, que tiene lugar del 1 al 7 de agosto de cada año, convoca a conversar sobre la transmisión vertical del VIH y otras infecciones, incluso después del parto.

En nuestro país, el 4% de las personas con VIH adquirieron el virus durante el embarazo, el parto o la lactancia. Esto demuestra la importancia de conocer el status serológico antes y durante un embarazo, a fin de acceder a un tratamiento antirretroviral oportuno que pueda prevenir la transmisión vertical, es decir, de la persona gestante al bebé en el momento del parto y luego del mismo. 

Quienes estén gestando, pueden realizarse la prueba de VIH de manera segura. En la actualidad, existen muchas medidas para prevenir la transmisión perinatal. Comienza con los controles y el tratamiento antirretroviral durante el embarazo, sigue con las medidas de profilaxis al momento del parto y continúa con el seguimiento del bebé durante su desarrollo.

A través del tratamiento antirretroviral, la persona gestante puede lograr reducir la concentración de la carga viral a un nivel indetectable. Esto hace que la persona no pueda transmitirlo al feto durante el embarazo. No obstante, no existe evidencia suficiente para asegurar que la condición de carga viral Indetectable, por lo tanto, Intransmisible (I=I) sea efectiva al momento de amamantar. Si bien el riesgo es bajo (en el orden del 1%) no es cero. Por este motivo, en nuestro país se desaconseja la lactancia y está garantizada la provisión gratuita de leche de fórmula durante los primeros meses de vida para bebés de personas que viven con VIH. 

Luego del nacimiento, el proceso de lactancia es una etapa fundamental para el desarrollo del niño y su vínculo tanto con las personas como con su entorno. Así como vivir con VIH no es un impedimento para gestar, tampoco lo es para desarrollar ese vínculo amoroso. El contacto con el bebé durante la lactancia por fórmula, a través de la mamadera, es otra forma de acercamiento que tiene el mismo efecto gratificante para ambos. De la misma manera, el tiempo compartido, el contacto y la atención que se dediquen en esos momentos reforzará el lazo.

Cabe destacar que no todas las Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) son incompatibles con la lactancia. Esto reafirma la importancia de acceder a un diagnóstico y hablar con especialistas, profesionales y puericultoras (agentes de salud especializadas en lactancia y nutrición infantil) para conocer los riesgos en cada caso. 

Es crucial visibilizar e informar acerca de las diferentes posibilidades que existen para transitar la lactancia y así romper con los estigmas. El VIH y otras infecciones no son los únicos motivos por los que algunas personas no pueden amamantar. La semana de la lactancia es una buena oportunidad para reafirmar que todas las formas son igualmente un camino para reforzar el vínculo amoroso. Amamantar es tu derecho, pero no una obligación.

Si querés acceder a más información o atención en lo referente a salud sexual, podés acercarte al Centro Comunitario de Salud Sexual de AHF Argentina, ubicado en CABA. Recordá que, si estás transitando un embarazo o querés planificarlo, es importante que te realices el test de VIH para conocer tu estado serológico. Podés solicitar turno por WhastApp al 11 5885-3333. Es gratuito y confidencial.