Un 24 de marzo de 1882 se descubrió la bacteria que causa la tuberculosis. Es por eso que, todos los años en esa fecha, se conmemora el Día Mundial de la Tuberculosis para concientizar a la población sobre esta enfermedad y poner fin a la epidemia que ocasiona en todo el mundo.
La tuberculosis es una enfermedad infecciosa causada que se transmite principalmente por vía aérea y que gracias a la vacuna BCG (bacilo de Calmette-Guérin) se evitan las complicaciones graves en niños.
En países como Argentina, donde la prevalencia de tuberculosis es alta, casi el 90% de las nuevas infecciones son controladas por el sistema inmunológico, llevando a limitar la infección al pulmón y denominándola como tuberculosis latente.
La enfermedad denominada tuberculosis activa, que principalmente se observa en el pulmón, aunque puede involucrar otros órganos, acontece por lo general en pacientes con su sistema inmunológico deteriorado. Esta enfermedad infecciosa, que es curable con un tratamiento específico, gratuito y de fácil acceso en los efectores de salud pública, todavía tiene que lamentar fallecimientos en la actualidad.
En la Argentina durante el 2020 se notificaron 10.896 casos de tuberculosis, de los cuales 10.268 fueron nuevos y recaídas. Aproximadamente el 84% de los casos se diagnosticaron en la población en edad productiva (20 a 44 años).
Más de 1000 personas fallecen por tuberculosis cada año en Argentina y esto nos plantea que aún existen barreras para el acceso al diagnóstico y tratamiento en el sistema público de salud.
Según los cálculos, las actividades que se realizaron en todo el mundo para luchar contra esta enfermedad permitieron salvar la vida a 54 millones de personas desde 2000 y reducir su tasa de mortalidad en un 42%. Sin embargo, la pandemia de COVID-19, junto con las desigualdades socioeconómicas y los conflictos que se viven en Europa, África y Oriente Medio, revirtieron años de progresos, sobre todo para los más vulnerables.
Creemos que es necesario colocar nuevamente este tipo de enfermedades que parecen olvidadas o por lo menos invisibilizadas en la agenda de salud pública para comenzar a achicar las brechas que existen actualmente en nuestro país.
La vacunación con BCG, un diagnóstico temprano y el tratamiento efectivo ayudarán a terminar con la pandemia de la tuberculosis en el futuro.
Hay esperanza, hay futuro sin tuberculosis
La tuberculosis es un marcador importante de desigualdad, por eso es fundamental favorecer el acceso a la salud con calidad y con equidad. Al poner este tema sobre la mesa, se pretende mantener presente la esperanza y tener en cuenta las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud. La OMS insta a los países a impulsar los progresos y hacer un llamado a la acción de los Estados miembros para que apliquen los esquemas terapéuticos orales que recomienda para tratar la tuberculosis farmacorresistente.
En Argentina, se puede prevenir la tuberculosis con la vacuna BCG que forma parte del Calendario Nacional de Vacunación y es obligatoria. Lo que hace la BCG es prevenir las formas graves de tuberculosis, como por ejemplo la meningitis u osteomielitis en niños.
Además de la vacuna, estos son algunos consejos que se deben considerar:
- Controlar a las personas que conviven o son contactos frecuentes de la persona con tuberculosis.
- Tomar los medicamentos como indique el equipo de salud.
- Acompañar y apoyar a la persona con tuberculosis para que finalice su tratamiento.
- Usar barbijo durante el período que dure la enfermedad.
- Al toser o estornudar, cubrirse la boca con el pliegue interno del brazo o un pañuelo desechable.
- Mantener la higiene personal y del hogar.
- Iluminar y ventilar los ambientes de la casa, escuela, trabajo, club, medios de transporte, etc.
- Difundir la importancia de participar activamente para ponerle fin a la tuberculosis en el barrio, las escuelas, en el trabajo y en espacios de reunión.
¿Cuáles son los síntomas de la tuberculosis?
- Tos persistente -con o sin expectoración- por más de 15 días
- Fiebre y sudoración, en especial durante la noche
- Eliminación de sangre en el catarro
- Falta de apetito y cansancio
- Pérdida de peso